Su construcción se inicia el 30 de junio de 1524 por los Padres Dominicos, por iniciativa de Fray Juan Álvarez de Toledo, obispo de Córdoba e hijo del II Duque de Alba, sobre las ruinas de un anterior convento derruido para levantar el actual. Fray Juan, otorga el proyecto inicial de la obra al arquitecto Juan de Álava aunque le seguirán en el tiempo Juan de Rivero, Rodrigo Gil de Hontañón que se ocupará de la cabecera y del crucero con el cimborrio, o Fray Martín de Santiago. Las obras se alargarán en el tiempo hasta 1610 y el coste final ascenderá a cerca del millón de reales.
Imagen de la escultural fachada que da acceso a la Iglesia. |
En su construcción se mezclan los estilos gótico y barroco, siendo su fachada de estilo plateresco lo que más llama la atención por la riqueza de su ornamento. Fue concebida como portada-retablo, se apoya sobre dos pilares que sostienen una arcada con artesonado de tipo milanés, formando el conjunto un arco de triunfo.
Compuesta de tres cuerpos, en el inferior podemos contemplar a Santo Domingo, San Francisco, San Jacinto y Santa Catalina de Sena que son los cuatro santos de la orden. En los medallones de las puertas están representados Moisés y Elías y las alegaciones de Adán y Eva en las paredes. En los medallones están representados entre otros Santiago, David y San Jorge.
En el segundo cuerpo, en el centro, está representado en relieve el martirio de San Esteban, los medallones pertenecen a Salomón y a Abraham, con el sacrificio de Isaac, todo ello flanqueado por los doctores de la iglesia: San Andrés, Santo Tomás, San Juan Evangelista y San Pedro Mártir. En el relieve del martirio se puede apreciar donde el santo está postrado el nombre del artista de la obra y en la piedra que sostiene uno de los verdugos está impresa la fecha de terminación de la obra 1610.
En el cuerpo superior un Calvario, obra de Juan Antoni Ceroni (el mismo que el martirio) del siglo XVII y sobre él un medallón con el Padre Eterno, junto con San Pedro, San Pablo, San León y San Gregorio.
En el cuerpo superior un Calvario, obra de Juan Antoni Ceroni (el mismo que el martirio) del siglo XVII y sobre él un medallón con el Padre Eterno, junto con San Pedro, San Pablo, San León y San Gregorio.
Acceso al Convento |
El pórtico que da acceso al convento está compuesto por arcos de medio punto inspirados en la logias renacentistas italianas, su escasa ornamentación, destaca bajo la ricamente decorada fachada de la iglesia.
Coro |
En la Iglesia de planta de cruz latina y de una sola nave de crucería estrellada, está asentado sobre un arco escarzano el coro , donde destacan las pinturas del Triunfo de la Iglesia de Antonio Palomino y una Virgen con el Niño de Rubens.
Martirio de San Esteban |
Retablo Mayor |
El retablo del altar mayor terminado en 1693 es obra de José de Churriguera, su cuerpo está formado por seis columnas salomónicas recubiertas por pámpanos y racimos. Para su construcción talaron 4.000 pinos. Esta rematado por una representación del martirio de San Esteban, obra de Claudio Coello.
El crucero con bóveda de planta cuadrada y que se asienta sobre pilares de forma romana es de estilo gótico tardío, el cimborrio y el presbiterio son de estilo renacentista.
Claustro de los Reyes |
En el edificio existen otros dos claustros como el de Colón de finales del siglo XV y el de los Algibes, formado por arcos escarzanos arbocelados.
Escalera de Soto |
La "Escalera de Soto" fue construida entre 1553 y 1556 por de Rodrigo Gil de Hontañón, comunica las dos galerías del Claustro. La escalera se apoya sobre los muros, sin otros soportes, en voladizo, lo que crea un espacio diáfano. Su decoración está constituida por casetones floreados y en el que aparece María Magdalena en un relieve policromado en su parte superior.
Sacristía |
Los más ilustres teólogos de la orden como Francisco de Vitoria o Mancio del Corpus Christi descansan en el Panteón de los Teólogos.
En el duro invierno de 1486 un anónimo viajero que por aquel entonces no pasaba de ser un simple soñador y que sólo unos años después y gracias a un simple error de cálculo se va a convertir en el descubridor de un nuevo continente ignoto hasta el momento, llega a Salamanca para presentar a un grupo de sabios, entre los que hay maestros en Cosmografía y Astrología, su proyecto de conseguir viajar a las Índias por un camino nuevo y más corto. Mientras se debatía su propuesta, el joven Cristobal Colón consigue hospedaje y comida en el primer convento de San Esteban, el que después sería derribado para elevar el que hoy conocemos. Sus proposiciones son rechazadas por este grupo de sabios, aunque el empeño y tesón de un Dominico, Fray Diego de Deza encargado de la educación del Príncipe Juan, conseguirá finalmente que los Reyes Católicos se interesen y financien el proyecto, convirtiéndose desde ese momento en el Almirante de la Mar Océana.
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